
¿Sabías que dentro del óvulo y del embrión existe una “máquina” microscópica que puede decidir si el futuro bebé tendrá una base genética más estable o no? Esa máquina es el aparato del huso (o “spindle apparatus” en inglés) y, en el contexto de un proceso de gestación subrogada, puede desempeñar un papel clave en la calidad del embrión que será transferido. Pero ¿qué es exactamente, cómo funciona, y por qué importa tanto? Vamos a descubrirlo paso a paso.
El aparato del huso es una estructura celular compuesta por microtúbulos (hilos delgados de proteína llamados tubulina) y otras proteínas asociadas que se forma cuando una célula se divide. Su función principal es organizar y separar los cromosomas de forma correcta para que cada célula hija reciba la información genética exacta.
En los óvulos y embriones humanos, esta maquinaria es muy sensible: un fallo en su formación o funcionamiento puede provocar que los cromosomas no se separen bien, lo cual puede llevar a errores genéticos, anomalías cromosómicas (como fallo del embrión, aneuploidía) o desarrollo embrionario comprometido.
Cuando se habla de gestación subrogada, se habla de un proceso en el que una mujer —la gestante— lleva el embarazo para otra persona o pareja (los padres intencionales). En la mayoría de los casos se utiliza un embrión creado mediante fecundación in vitro (FIV) que luego se transfiere al útero de la gestante.
En ese contexto, cuanto mayor sea la “calidad genética” del embrión —es decir, menor riesgo de anomalías cromosómicas, mayor potencial de implantación y desarrollo— mayores probabilidades habrá de que el proceso conduzca a un embarazo exitoso y sano. Esa calidad genética está influida por múltiples factores (edad de la donante de óvulos, calidad del esperma, laboratorio de FIV, técnicas usadas) y también por «cómo fue el óvulo y el embrión» desde el inicio, incluyendo el funcionamiento de su aparato del huso.
Si el aparato del huso no funcionó correctamente, pueden surgir errores en la división celular del embrión, lo que puede traducirse en embriones con anomalías cromosómicas o estructura genética alterada. Dado que en gestación subrogada es fundamental que el embrión tenga el máximo potencial de éxito, entender este aspecto microscópico puede marcar la diferencia.
Antes de la fecundación, el óvulo debe pasar por la meiosis (dos divisiones que reducen a la mitad el número de cromosomas). Durante esas divisiones, el aparato del huso se encarga de mover los cromosomas de forma ordenada. Si algo falla, el óvulo puede quedarse con un número incorrecto de cromosomas, lo cual ya afecta al embrión desde el inicio.
Tras la fecundación y al formarse el embrión, las primeras divisiones mitóticas también necesitan un huso estable y correctamente formado para que cada nueva célula tenga la información genética completa. Estudios han encontrado que la forma del huso en la primera mitosis de embriones humanos se relaciona con anomalías nucleares, lo que afecta el futuro desarrollo embrionario.
Por lo tanto, una formación y funcionamiento correcto del aparato del huso puede verse como uno de los pilares microscópicos que contribuyen a que el embrión tenga:
En el contexto de gestación subrogada, donde se busca maximizar las probabilidades y minimizar riesgos, este factor puede no ser visible a simple vista, pero es relevante al seleccionar óvulos, al trabajar en el laboratorio de FIV, y al asegurar que el embrión está dentro de los mejores parámetros posibles antes de la transferencia.

Aunque el aparato del huso es algo que ocurre a nivel celular y muchas veces no es visible de forma directa en todos los embriones, hay buenas prácticas que pueden aumentar las probabilidades de que todo esté alineado «correctamente»:
Como buen tema científico emergente, existen también algunos “pero” que conviene conocer para que la explicación sea completa.
Por lo tanto, si bien el aparato del huso es un factor importante en la calidad genética del embrión, debe verse como uno más en una cadena de cuidados, selección y buen protocolo.
Si tú estás valorando la opción de gestación subrogada, o estás en el proceso con una agencia como Gestlife , aquí tienes algunas implicaciones concretas:
La ciencia demuestra con creciente evidencia que el aparato del huso —esa diminuta estructura que organiza los cromosomas dentro de los óvulos y embriones— desempeña un papel decisivo en la calidad genética del embrión. En el contexto de la gestación subrogada, donde el objetivo es alcanzar un embarazo sano y seguro, este elemento microscópico representa un factor clave dentro del complejo proceso reproductivo.
En términos simples: un huso correctamente formado favorece una adecuada alineación cromosómica, lo que se traduce en embriones genéticamente más estables y mayores tasas de éxito. No obstante, el resultado final depende de la perfecta sincronía entre todos los componentes del proceso: desde la calidad de los gametos y las condiciones del laboratorio, hasta la preparación de la gestante y la transferencia embrionaria.
En Gestlife contamos con equipos médicos especializados que garantizan que cada etapa —desde la selección de óvulos hasta la implantación del embrión— se realice con los más altos estándares de calidad y seguridad.
¿Qué significa “evaluar el huso” en un óvulo o embrión?
Evaluar el huso significa usar microscopía especial para visualizar la estructura de microtúbulos en el óvulo (o en el embrión en etapas muy tempranas) y verificar que esté bien formada, ubicada correctamente y tenga la forma adecuada. Los estudios indican que óvulos con huso visible tienden a tener mejores tasas de fertilización y embriones de mejor calidad.
¿Puedo pedir específicamente que se evalúe el huso en un centro de FIV para gestación subrogada?
Sí, puedes preguntar por ello. Algunos centros de fertilidad ofrecen microscopía polarizada o tecnologías para observar el huso antes de la inyección de espermatozoides en óvulos (ICSI). Es un buen indicador adicional de calidad ovocitaria, aunque no es el único.
¿Si el huso no está perfecto, significa que el embrión está condenado al fracaso?
No necesariamente. Que el huso no tenga la forma “ideal” puede aumentar riesgo de errores, pero no garantiza el fracaso. Hay otros mecanismos celulares de “corrección”, y el embrión puede aún desarrollarse. Sin embargo, la probabilidad de éxito puede ser menor. Los equipos de FIV lo consideran un factor más de evaluación.
¿Este tema del huso es más relevante para gestación subrogada que para FIV normal?
En muchos sentidos es igual de relevante para ambos. Sin embargo, en gestación subrogada, donde hay selección de donantes, donación de óvulos, transferencia a gestantes, etc., maximizar la calidad embrionaria tiene aún mayor valor para optimizar los resultados y minimizar riesgos. Por eso vale la pena poner atención en detalles como el huso, además de otros criterios reproductivos.
¿Qué puedo hacer para que los óvulos/todos los factores tengan mejor “husos” o calidad?
Algunas recomendaciones: elegir donante de óvulos joven y saludable, asegurarse de que el laboratorio de FIV tenga experiencia y tecnología de alta calidad, minimizar el tiempo de manipulación de óvulos, optimizar condiciones de cultivo, llevar buena salud general (nutrición, antioxidantes, evitar toxinas), etc. Aunque no hay garantía absoluta, todos estos pasos aumentan las probabilidades.