Cómo se identifican embriones de baja calidad según los criterios morfológicos y genéticos en la selección

Cómo se identifican embriones de baja calidad según los criterios morfológicos y genéticos en la selección

Continuando con nuestro artículo anterior, hasta la mitad de los embriones que se generan en laboratorio pueden presentar algún tipo de anomalía en su genética del embrión o en su desarrollo morfológico, lo que lleva a que se consideren de “baja calidad” y no se seleccionen para transferencia. Este hecho marca la diferencia en cualquier protocolo de gestación subrogada o fertilización asistida, donde la selección del embrión es clave.

En este artículo explicaremos cómo se identifican los embriones de baja calidad por criterios morfológicos y genéticos del embrión, por qué esto importa tanto en la transferencia de embriones, y qué implicaciones tiene para quienes están considerando un embarazo subrogado. Al final encontrarás una sección de preguntas frecuentes con lo que más preocupa a los futuros padres.

¿Por qué importa identificar embriones de baja calidad en gestación subrogada?

Cuando hablamos de gestación subrogada, se trata de un proceso en el que los futuros padres intencionales dependen de que el embrión seleccionado tenga buenas probabilidades de implantar, desarrollarse y llegar a un bebé sano. Si un embrión es de “baja calidad”, puede haber:

  • Menor tasa de implantación tras la transferencia de embriones.
  • Mayor riesgo de aborto espontáneo o fallo del ciclo.
  • Más ciclos necesarios, más costes y más estrés para todos los implicados.
  • En gestación subrogada, estos retrasos o fallos tienen un impacto emocional y logístico mayor, porque se trata de un camino ya más organizado y planificado.

Por eso, entender los criterios tanto morfológicos como genéticos para identificar la calidad del embrión es fundamental para optimizar ese proceso de transferencia de embriones y minimizar riesgos.

¿Qué significa “embrión de baja calidad”?

Un embrión de baja calidad es aquel que, al evaluarse, presenta características que indican una menor probabilidad de éxito: ya sea por su morfología (apariencia, división celular, fragmentación, etc.) o por su genética (anomalías cromosómicas, etc.).

Estas anomalías pueden impedir que el embrión se implante correctamente, o pueden aumentar el riesgo de aborto espontáneo. Por ejemplo:

  • Una mala división celular, muchas fragmentaciones, asimetrías en las células.
  • Un embrión con número incorrecto de cromosomas (aneuploidía) o con mosaicos celulares.

Los laboratorios de reproducción asistida aplican sistemas de puntuación o clasificación para distinguir los embriones más prometedores de los que tienen menor potencial.

En el contexto de un proceso de gestación subrogada, donde a menudo se realiza FIV con creación de embriones y luego transferencia al útero de la gestante, esta discriminación es clave: los padres intencionales quieren maximizar las probabilidades de éxito, y seleccionar un embrión de calidad es parte del camino.

Criterios morfológicos para identificar embriones de baja calidad

La evaluación morfológica del embrión se refiere a cómo lucen sus células, cómo se están desarrollando, si presentan signos de fragmentación o irregularidades, y en qué estadio de desarrollo se encuentran. Aquí te explico algunos de los principales criterios:

Edad de desarrollo y estadio

  • Por ejemplo, un embrión que llega al estadio de blastocisto (día 5 o 6) tiene mejor pronóstico que uno que no lo logra.
  • Si el embrión tarda demasiado en dividirse o presenta división celular lenta, puede considerarse de menor calidad.

Número de células, simetría y fragmentación

  • En los primeros días (día 2-3) se evalúa cuántas células tiene, si están bien distribuidas, si tienen buen tamaño, y si hay fragmentación (restos celulares que no se integran).
  • Si hay muchas fragmentaciones o muchas células desiguales, se considera peor pronóstico.

Evaluación del blastocisto: masa interna de células (ICM) y trofoectodermo (TE)

Cuando el embrión alcanza el estadio de blastocisto, los criterios de morfología cambian:

  • Evaluar la masa interna de células (ICM) —que será el bebé— y el trofoectodermo (TE) —que será la placenta—. Embrión con ICM bien formada y TE de buena calidad implican mejor futuro.
  • También se analiza la expansión del blastocisto (por ejemplo, el grado de expulsión de la zona pellúcida, tamaño, etc.). Estudios muestran que ciertas combinaciones de puntuación morfológica están asociadas a mejores tasas de nacimientos.
  • Por ejemplo, en el estudio que revisa 42 974 embriones, se encontró que las mejores combinaciones para tasa de nacido vivo fueron entre otras “5AA, 4AA, 6AA…” siendo las más desfavorables “1CC”.

¿Cuándo se considera “baja calidad” morfológica?

Un embrión se puede considerar de baja calidad morfológica si:

  • Tiene muchas fragmentaciones o fragmentación severa.
  • Las células son asimétricas o tamaño desigual.
  • No alcanza el estadio de blastocisto (o lo hace con retraso).
  • La ICM o TE tienen puntuaciones “B” o “C” en sistemas de clasificación que clasifican A como mejor.
  • Tiene un desarrollo lento o irregular.

Estos embriones tienen menor probabilidad de implantarse o de llevar a nacimiento, por lo que muchos centros los descartan o los utilizan como opción menos preferente.

¿Limitaciones de la evaluación morfológica?

  • Aunque la morfología da una buena guía, no detecta anomalías genéticas del embrión —un embrión puede “parecer” bueno morfológicamente y tener defectos cromosómicos.
  • Hay variabilidad entre laboratorios en cómo se hace la puntuación y qué criterios exactos se usan. Por ejemplo, el sistema ASEBIR (España) ha señalado que falta consenso universal.
  • Nuevas tecnologías como el “time-lapse” permiten ver la evolución del embrión en tiempo real, pero su impacto clínico todavía está en estudio.

En el contexto de la gestación subrogada y la transferencia de embriones, la morfología puede servir para filtrar embriones de baja calidad antes de considerar otros análisis genéticos, y así optimizar el proceso.

embriones baja calidad

Criterios genéticos para identificar embriones de baja calidad

Más allá de la forma, la “genética del embrión” es un factor crítico: un embrión parece bueno, pero puede tener anomalías cromosómicas que reduzcan significativamente sus probabilidades de implantación o evolución hacia embarazo.

¿Qué se evalúa genéticamente?

  • Anomalías en el número de cromosomas (aneuploidías): por ejemplo, demasiados o muy pocos cromosomas. Estas anomalías se asocian con fallo de implantación y abortos espontáneos.
  • Translocaciones cromosómicas estructurales, desequilibrios genéticos, etc. En algunos casos se hace diagnóstico genético preimplantacional (PGT) para ciertas enfermedades.
  • En el marco de selección de embriones para transferencia, se realiza biopsia de trophectodermo en fase de blastocisto (día 5/6) y análisis mediante técnicas de secuenciación o microarrays para valorar la genética del embrión

¿Por qué un embrión genéticamente anormal se considera de baja calidad?

Porque esos embriones tienen mayor probabilidad de no implantarse, o implantarse, pero dar lugar a aborto espontáneo y tener posibles anomalías que impidan un desarrollo normal.

Por ejemplo, un embrión con aneuploidía puede tener todas las apariencias correctas, pero su viabilidad real es menor. Por ello se dice que la genética del embrión es clave para la selección.

Limitaciones del análisis genético

  • No todos los laboratorios ofrecen los mismos tipos de test (algunos pueden no detectar mosaicismos o ciertas anomalías raras).
  • El hecho de que un embrión sea genéticamente “bueno” no garantiza el éxito del embarazo: el ambiente uterino de la gestante, la preparación endometrial, la calidad de los óvulos/espermatozoides, etc., siguen importando.
  • Hay costes adicionales y tiempo extra asociado al análisis genético.
  • Riesgo de “descartar” embriones que podrían haber llevado a bebés sanos, debido a mosaicos o limitaciones de la técnica.

En resumen, la genética del embrión complementa la morfología en la selección, y juntos permiten identificar embriones de baja calidad que conviene no transferir o plantear con precaución.

¿Cómo se combinan los criterios morfológicos y genéticos en la selección de embriones para transferencia?

En los laboratorios de reproducción asistida modernos (y en protocolos de gestación subrogada), la selección de embriones para la transferencia de embriones sigue una ruta que combina ambos enfoques:

  1. Evaluación morfológica: tras la fertilización, los embriones se cultivan y cada día o cada fase se observan. Se descartan o bajan de prioridad aquellos con mal desarrollo, fragmentación, etc. Se hace un primer filtro de calidad morfológica.
  2. Cultivo hasta blastocisto: Muchos programas prefieren llegar a día 5/6, porque esa fase permite una mejor discriminación de embriones viables. Embrión que no llega a blastocisto puede considerarse de menor calidad.
  3. Biopsia del embrión y análisis genético (si está indicado): Para los embriones que pasan el filtro morfológico, se puede realizar una biopsia de trophectodermo y análisis de la genética del embrión, para detectar aneuploidías y otros problemas cromosómicos.
  4. Selección final para transferencia de embriones: Se elige el embrión que presenta mejor combinación de morfología + genética, reduciendo el riesgo de que sea de baja calidad.
  5. Transferencia de embriones al útero de la gestante, en el caso de gestación subrogada, o al útero de la madre receptora.
  6. Congelación de embriones sobrantes de buena calidad, para futuras transferencias, o descarte de los de baja calidad según protocolo.

Este enfoque combinado mejora significativamente las tasas de implantación, reduce el número de transferencias fallidas y optimiza los resultados. Por ejemplo, un artículo señala que la evaluación morfológica “cuidadosa … puede aumentar la probabilidad de implantación, aunque la evaluación genética del embrión sigue siendo un punto clave”.

En gestación subrogada, donde cada transferencia implica coordinación, logística, acuerdos legales y muchas partes implicadas, contar con una buena selección de embriones —y evitar transferir embriones de baja calidad— es especialmente relevante para eficiencia, coste y éxito emocional.

¿Cuándo es más crítico identificar embriones de baja calidad?

Existen situaciones en las que la identificación de embriones de baja calidad cobra mayor protagonismo:

  • Cuando los futuros padres intencionales tienen edad más avanzada y la calidad de óvulos puede estar comprometida.
  • Cuando hay antecedentes de múltiples fallos de implantación o abortos espontáneos.
  • En procesos de gestación subrogada donde se dispone de pocos embriones o se busca una transferencia de embrión único.
  • Si se desea reducir riesgos de embarazo múltiple (importante en gestación subrogada) y se quiere máxima probabilidad de éxito por transferencia.
  • Cuando los padres desean asegurar lo máximo posible antes de la transferencia de embriones; es decir, minimizar el riesgo de que “el embrión sea de baja calidad”.

En esos casos, combinar morfología + genética del embrión permite elegir el embrión con mejor pronóstico, evitar pérdidas de tiempo, y optimizar la inversión emocional y económica.

¿Qué ocurre si se transfiere un embrión de baja calidad?

Si un embrión considerado de baja calidad (morfológica o genéticamente) se transfiere, las posibilidades de éxito pueden ser:

  • Menores chances de implantación.
  • Mayor probabilidad de aborto espontáneo.
  • Posible mayor riesgo de complicaciones.
  • Necesidad de más ciclos de FIV/transferencia o que la gestación subrogada no avance como se desea.

Por el contrario, si se evita transferir embriones de baja calidad, se puede incrementar la eficiencia del proceso, lo que es vital cuando se hace gestación subrogada, donde cada paso tiene implicaciones logísticas y emocionales.

Por supuesto, la selección no elimina todos los riesgos, ya que el éxito depende también de otros factores: salud de la gestante, respuesta del endometrio, calidad del laboratorio, etc.

Buenas prácticas para evitar embriones de baja calidad en gestación subrogada

Para padres intencionales o clínicas que realizan gestación subrogada, estas recomendaciones pueden ayudar:

  • Elegir un centro de reproducción asistida con experiencia, buenas tasas, y que utilice protocolos rigurosos de evaluación de embriones.
  • Asegurar que el laboratorio evalúe morfología del embrión y, si procede, genética del embrión.
  • Considerar la opción de cultivo hasta blastocisto (día 5/6) para mejor discriminación.
  • Pedir información clara sobre cómo el centro define embriones de “baja calidad” y qué criterios usa para descartarlos o calificarlos.
  • Entender los costes, tiempos y posibilidades de congelación de embriones de buena calidad.
  • Asegurar que el protocolo de transferencia de embriones esté bien coordinado con la gestante o madre receptora, de forma que el embrión de mejor calidad esté listo para implantar en el momento óptimo.
  • Tener expectativas realistas: aunque se seleccionen los mejores embriones, el éxito nunca está 100 % garantizado.

En resumen

En el camino de la gestación subrogada, la transferencia de embriones es uno de los momentos más importantes.

  • Seleccionar un embrión de buena calidad —evitando embriones de baja calidad— mejora las probabilidades de éxito, reduce costes y reduce riesgos.
  • La evaluación de la morfología del embrión (cómo se ve, cómo se divide, cuántas células, su simetría, su desarrollo hasta blastocisto) es el primer filtro para identificar calidad.
  • La evaluación de la genética del embrión (análisis cromosómico, aneuploidías, mosaicos) es un segundo filtro, clave para asegurarse de que no hay anomalías que reduzcan la viabilidad.
  • La combinación de ambos criterios permite una mejor selección, lo cual es especialmente relevante en procesos complejos como la gestación subrogada.
  • No obstante, ningún sistema elimina por completo el riesgo de fallo o complicaciones: otros factores también determinan el resultado final del embarazo.

Preguntas frecuentes (FAQs) sobre embriones de baja calidad, morfología, genética del embrión y gestación subrogada

¿Un embrión “malo” morfológicamente siempre significa que será de baja calidad?

No siempre. Una mala morfología es un indicador de menor probabilidad de éxito, pero no garantiza que el embrión no pueda llevarse a término. Sin embargo, en la práctica clínica se considera de menor prioridad para la transferencia.

¿Si un embrión tiene buena morfología, ya no hacen falta pruebas genéticas del embrión?

No. Buena morfología es importante, pero no descarta que haya anomalías genéticas. Por eso muchas clínicas combinan evaluación morfológica con genética del embrión para mayor certeza.

¿La genética del embrión puede definir que un embrión sea de baja calidad aunque morfológicamente parezca bueno?

Sí. Un embrión que parece “perfecto” visualmente puede presentar aneuploidías que reduzcan su viabilidad. Por eso la genética del embrión es clave para identificar embriones de baja calidad “ocultos”.

¿Se pueden “mejorar” los embriones considerados de baja calidad?

No exactamente. Si un embrión está calificado como de baja calidad morfológica o genética, no hay una “corrección” para cambiar eso. Lo que se hace es usar los mejores para transferencia y reservar o descartar los demás según protocolo.

¿En gestación subrogada se transfiere siempre el embrión “mejor calidad”?

Idealmente sí. En gestación subrogada se busca optimizar el éxito, por lo tanto, se selecciona el embrión con mejor combinación de morfología + genética para la transferencia de embriones.

¿Un embrión de “baja calidad” significa que no puede haber embarazo en absoluto?

No siempre. Algunos embriones de menor calidad pueden aún llevar a un embarazo exitoso, pero la probabilidad es menor comparada con embriones de alta calidad. Es una cuestión de riesgo incrementado.

¿Cuántos embriones hay que tener para poder descartar los de baja calidad y escoger los de alta calidad?

No hay un número mínimo universal, pero mientras más embriones haya disponibles (y buenos), mayor probabilidad de poder seleccionar un embrión de alta calidad. Si sólo hay uno o dos embriones, la selección se vuelve más crítica y el riesgo de que todos sean de menor calidad es mayor.


13 de noviembre de 2025

Artículos nuevos

¿Quieres más información?

Te ayudamos sin compromiso

Phone
¿Qué estas buscando?