Para entender el papel de la auditoría en la gestación subrogada, puede ser útil una comparación sencilla: al igual que ocurre con los restaurantes, donde es fundamental garantizar estándares de higiene, calidad y servicio, las agencias también requieren un sistema que asegure transparencia y buenas prácticas. En este contexto, los auditores desempeñan la función de revisar cada detalle con criterios estrictos y verificables.
La auditoría no está en manos de una entidad pública, sino de un organismo especializado: la Asociación Padres por la Gestación Subrogada (APGS). Este proceso es encabezado por el Presidente de la Asociación y respaldado por un equipo de profesionales externos, seleccionados para garantizar imparcialidad. Su labor consiste en verificar y certificar que toda la información presentada por una agencia sea auténtica, transparente y confiable.
La auditoría de agencias de gestación subrogada no es un mero trámite administrativo ni un “checklist” superficial. La APGS aplica un examen integral que, como mínimo, incluye:
Cuando una agencia consigue superar la auditoría, obtiene un sello que marca la diferencia: el certificado de “EMPRESA O AGENCIA CERTIFICADA POR LA APGS”. Este distintivo le autoriza a mostrar en su web el logotipo oficial de la Asociación y enlazar directamente a padresporgestacion.org, un gesto que se convierte en prueba tangible de transparencia y rigor.
Pero más allá del logo, lo relevante es lo que representa. El certificado busca 3 objetivos claros:
En otras palabras, el sello de la APGS no es solo una medalla decorativa, sino un pasaporte hacia la confianza y la legitimidad.
Si esto fuera una película, el auditor de la APGS sería ese crítico exigente que no solo revisa el guion, sino cada escena, cada toma y hasta la actuación de los extras. No existen atajos ni concesiones: se trata de un análisis exhaustivo, o, dicho sin rodeos, “brutalmente detallado”. Y precisamente por esa rigurosidad, las agencias que superan el proceso tienen un motivo legítimo para destacar.
Conviene aclarar que la certificación no convierte en legal la gestación subrogada en España —prohibida por la Ley 14/2006—, pero sí aporta legitimidad a las agencias que operan en países donde la práctica está regulada y permitida. Es, en cierto modo, como obtener una licencia premium: no cambia las reglas del juego, pero coloca a la agencia en un nivel superior de confianza y prestigio.
En definitiva, si alguien pregunta quién audita a estas empresas, la respuesta es inequívoca: la Asociación Padres por la Gestación Subrogada, mediante una evaluación dirigida por su Presidente y apoyada por un equipo de profesionales externos. Este proceso revisa desde la documentación legal hasta testimonios reales de familias antes de otorgar el valioso sello de certificación APGS. Un procedimiento riguroso, serio… y difícil de superar, lo que lo convierte en un verdadero sello de garantía.